La TMY (la Ley Antiterrorista), que ha sido discutida durante casi un año, ha sido aprobada en el parlamento el mes pasado y también ha sido firmada por el presidente.

Mientras que el fascismo turco colonialista queda sin solución ante la lucha nacional kurda, las dinámicas de desarrollo de la lucha obrera y trabajadora en el Oeste también se ha consolidado a pesar de las leyes neoliberales de ofensiva. Para las clases dominantes, la TMY es la continuidad inevitable del concepto de ofensiva que inició la dictadura ante esta situación con una "provocación de bandera" durante las manifestaciones de Newroz en el 2005. Es una obligación del régimen para organizar su base legal según las necesidades del proceso.

Durante todo el período, la dictadura no dudó en llevar a cabo los ataques que de hecho eran las pruebas de esta ley. Batidas de policía a las casas, detenciones y encarcelamiento de los revolucionarios en distintas ciudades bajo el pretexto de haber gritado consignas ilegales; abrir fuego contra las masas, torturas, encarcelamientos y limitaciones de visitas de abogados y familiares de los detenidos durante la sublevación de Amed; encarcelamiento, prohibición y procesos judiciales contra la prensa y los periodistas, sobretodo contra la prensa kurda; el encarcelamiento de los líderes del sindicato Limter-Is , etc. eran la implementación de hecho de lo que están intentando legalizar a través de la TMY. Sin embargo, distintos desacuerdos entre las camarillas dominantes y la oposición contra la TMY retardaron que el proyecto de ley sea puesto en vigor.

Son las sublevaciones kurdas extendiéndose desde Semdinli hasta Amed que finalmente han conducido los dominantes a crear una voluntad común. En este periodo, los generales han consolidado su iniciativa. La burguesía, con el gobierno del AKP en primer lugar, con sus medios de comunicación, con sus partidos de "oposición", ha unido las voces diferentes y empezó a hablar como una sola boca. A pesar de la oposición activa de amplios sectores sociales incluyendo las fuerzas revolucionarias en primer lugar y también los sindicatos, las organizaciones democráticas de masas, periodistas e intelectuales, la TMY fue aprobada.

Con la TMY salió a la luz el contenido verdadero de la ilusión sobre una "democratización basada en la UE" creada en la conciencia de las masas por las leyes que fueron aprobadas una tras otra a principios del periodo del gobierno del AKP y que contenía algunos cambios muy pequeños basados en las conquistas de la lucha nacional kurda y la lucha democrática y revolucionaria y también en los conflictos entre distintas camarillas dominantes.
Aunque el TMY nuevo no es un "paquete de integración a la UE", es indiscutible que es un paquete "integrante de la UE". Porque la ley está en concordancia con el proceso de la reacción política que fue intensificada por los EEUU en primer lugar y también por otras fuerzas imperialistas incluyendo la UE después del 11 de septiembre; y su contenido, se inspira de las leyes antiterroristas adoptadas por la Inglaterra después de las explosiones en Londres. Tiene la patente de la UE y licencia de los EEUU. El concepto de la lucha contra el terrorismo ya se ha convertido en un instrumento internacional para considerar todo tipo de ataques contra la clase obrera y las masas trabajadoras como legítimo. Esta situación convierte las leyes antiterroristas en una agenda concreta de la lucha y solidaridad internacional de los obreros, trabajadores y pueblos oprimidos.

La TMY da autoridad a la policía de hacer fuego contra aquellos que no obedecen el aviso de parar, con el concepto de "detención preventiva, hace los informes de los agentes cuyas identidades no son publicadas un pretexto para detenciones arbitrarias, limita las conversaciones entre detenidos y abogados durante la detención, amplia el área del derecho de las fuerzas de seguridad de adli takip hasta los crímenes que requieren pena máxima. Así libera las manos de los torturadores, de la contraguerrilla y de los asesinos.

Al ampliar el contenido de los conceptos de "terror" y "propaganda en favor del terror" al máximo hasta hacerlo indefinido, abre el camino para ilegalizar los partidos políticos y las organizaciones de masas; para atacar arbitrariamente a la libertad de organización de los trabajadores; para llevar a cabo detenciones y encarcelamientos arbitrarios en contra del derecho de reunión y manifestación y prepara la base para ataques mucho más intensos contra la prensa disidente, sobretodo la prensa revolucionaria y la prensa nacional kurda.
Así, el bajo concepto del terror, declara todo tipo de demandas democráticas, económicas y políticas de los obreros y trabajadores como crímenes.

En Turquía y Kurdistán del Norte, el movimiento revolucionario, democrático y patriótico ha tenido éxito por haber repelido o hecho ineficaces las numerosas leyes fascistas similares a la TMY, y ha despejado su camino a través de la lucha legítima de hecho a pesar de las prohibiciones fascistas. Por lo tanto, el destino de la TMY no va a ser diferente.