En noviembre conmemoramos nuestros mártires. No los conmemoramos con lágrimas y lamentos sino continuando con su obra y luchando por el socialismo. Aprender de ellos y tratar de imitar su ejemplo nos da fuerza y nos muestra como se puede vencer el enemigo sin miedo y determinadamente. Aprendemos de Erdal Balci, el primer mártir de nuestro partido, de Huseyin Demircioglu, miembro del Comité Central, que desafió el enemigo en primera línea en la huelga de hambre hasta la muerte, de Hasan Ocak, cuyo nombre se convirtió en el grito de masas contra la tortura y la desaparición forzada, de Suleyman Yeter, el organizador de la clase obrera, que siempre estaba al lado de la lucha de liberación nacional kurda, de Ali Haydar Gocer, cuyo coraje y espíritu de sacrificio es un ejemplo para nosotros, de Tuncay Yildirim y Huseyin Kayaci, que se enfrentaron al enemigo de clases en la huelga de hambre hasta la muerte y vencieron la muerte sin miedo, de Sengul Boran, la cual siempre estaba dispuesta a asumir granes responsabilidades y nuevas tareas, de Ali Karahan, de Zeynel Yesil, Erkut Direkçi, Abuzer Çat, Özgür Evrim Göçen, Aynur Karaman, Hasan Albayrak, Erol Ispir, Ali Bugun y todos los demás camarads que se unieron a Mustafa Suphi , Ethem Nejat, Mahir Cayhan, Deniz Gezmis, Ibrahim Kaypakaya, Adil Can, Irfan Celik, Munir Diskaya, Hayrabet Honca, Ali Ekber Bahadir y Hüseyin Toraman ... Sabemos que el comunismo es "lo sencillo que es duro a realizar". La burguesía trata por todos los medios de detener el rumbo de la historia e impedir nuestra revolución. Nuestra lucha pide sacrificios duros, docenas de camaradas cayeron en la lucha por la lucha inmortal, por la liberación del hombre de la explotación. Por eso son una parte del futuro, viven en nuestra lucha, están a nuestro lado en las barricadas, soplan nuestras banderas y van a celebrar la victoria junto con nosotros. En septiembre, la dictadura fascista atacó nuestro partido de nuevo. Ellos tratan de debilitar nuestras filas y sacar docenas de camaradas de la lucha de la clase obrera por su emancipación y de aislarles en las cárceles de tipo F con su terror de detenciones, cárceles y complots. Pero vamos a enseñarles una vez más quien representa el futuro y quien está condenado a la ruina. Ya ahora se desarrolla una campaña amplia con apoyo internacional que está determinadamente decidida a lograr luchando, la libertad de los presos. No nos pueden matar, porque vivimos en la lucha del proletariado de los trabajadores del mundo. No nos pueden encerrar en cárceles, porque estamos vinculados íntimamente con la clase obrera y nuestro mensaje de un mundo sin explotación y sin opresión les llega a través de los muros más fuertes. ¡Los presos revolucionarios son inmortales, nos dan fuerza y nos muestran el camino! ¡Mostrémonos dignos a los mártires, adelante, a nuevas luchas!
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