Palestina, lucha desde hace docenas de años con piedras, con su tierra, su juventud, sus ancianos, sus mujeres y hombres contra el sionismo israelí, apoyado por la maquina de guerra más fuerte del mundo, el imperialismo yanqui, y así siendo un portador de la esperanza para los pueblos, hoy, en el 40° aniversario de la resistencia está a punto de una guerra civil y de la división.
El proceso, que se vive hoy en Palestina, es un resultado directo del acuerdo de autonomía firmado el 13 de septiembre 1993 en Washington entre Israel y la OLP. La Autoridad Palestina Autónoma, que fue construida como resultado, se encargó oficialmente de la tarea de quebrar la resistencia Palestina.
Los votos que recibió el Hamás en las elecciones de enero 2006 señalaron la reacción contra la actitud de capitulación del Fatah, la cual se apropió en Oslo y aplicó de esta manera. Al contrario de Oslo y de esta línea, que eligió el Fatah, se vio en los votos por el Hamás la firmeza del pueblo palestino de seguir resistiendo hasta que sea realizada la idea de una Palestina independiente.
Frente a la derrota en las elecciones el Fatal, bajo la dirección de Abbas amplificó su colaboración con los Estados Unidos, Israel y los Estados árabes de la misma posición, con el fin de romper la iniciativa del Hamás y de debilitar le.
La política de los EE.UU. frente a este resultado de las elecciones, fue sobre todo impedir un gobierno de coalición entre Hamás y el Fatah. En sus planes se apoyó especialmente en las fuerzas de seguridad bajo la hegemonía del Fatah. Los imperialistas de la UE ayudaron a los Estados Unidos en esta maniobra al enfriar todos los pagos a Palestina. Con el fondo de que ya no se pueden pagar sueldos a las fuerzas de seguridad, provocaron su levantamiento contra el gobierno. Pero con estas medidas no pudieron alcanzar su fin de una separación absoluta entre las fuerzas del Hamás y del Fatah.
Los EE.UU., la UE e Israel no aceptaron los resultados de las elecciones. Para poder formar un gobierno nuevo a su gusto, quiere decir totalmente bajo el control de Abbas, llevaron al gobierno a una situación de emergencia y aplicaron un embargo contra Palestina. Después del gobierno de coalición surgido de las elecciones surgió en marzo del 2007 un nuevo gobierno de coalición, el gobierno de la Unidad Nacional. Los Estados Unidos e Israel también ejercieron presión sobre el gobierno de la Unidad Nacional. Olmert anunció que no esta dispuesto a reunirse con el nuevo gobierno de unidad. Rice anunció que "la paz entre Palestina e Israel no puede avanzar tan fácil".
Los EE.UU. e Israel buscaban una salida de este círculo vicioso e hicieron pasos para solucionar el problema, que el Fatah tiene menos fuerza política y económica que el Hamás. Mientras que los EE.UU. apoyaron abiertamente y crearon un fondo para aumentar la ayuda militar y también en el ámbito técnico para Abbas, Israel dio apoyo logístico menos abierto.
Momentáneamente, la Palestina esta separada en dos partes. Por un lado la Franja de Gaza bajo la Hegemonía del Hamás y por otro lado Cisjordania bajo la hegemonía de Abbas. La separación a favor de Abbas se refuerza a través del hecho de que Israel está controlando el trafico entre la Franja de Gaza y Cisjordania. Además, las anteriores ocupaciones de la Franja de Gaza por Egipto y de Cisjordania por Jordania y después la ocupación israelí, que limitaron las relaciones entre las dos regiones, resultaron de la situación que los palestinos viviendo en estas dos regiones se alejaron de cierta manera uno del otro y fueron impactados por la cultura de los dos países.
Esta vez, Israel dijo abiertamente que apoyará el gobierno de Abbas. Finalmente, el la masa de negociaciónen Sharm el-Sheik, Israel anunció que aceptaran al gobierno de Abbas.
Así, el Fatah está dando, como resultado lógico del acuerdo de Oslo, un paso atrás de la capitulación a la colaboración abierta. Hamás y el Fatah se volvieron instrumentos del trato de la alianza imperialista-sionista por separar la Palestina. Esta situación es otro ejemplo más de la necesidad que el liderazgo de la resistencia antiimperialista anti-sionista en el Medio Oriente tiene que pasar de fuerzas antiimperialistas non-consecuentes a fuerzas antiimperialistas consecuentes y que las condiciones hacia esta dirección están madurándose. La unión de las fuerzas revolucionarias, progresistas y comunistas del Medio Oriente para la coordinación de la resistencia a base de acciones prácticas, relaciones reales y pasos políticos concretos es una tarea inevitable.