La izquierda en América Latina: Problemas y perspectivas
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Ponencia del PCML para el XI Seminario Internacional "Problemas de la Revolución en América Latina" del 9 al 13 de julio de 2007

 

13 Julio 2007 /Ponencia al XI Seminario Internacional

 

Así como las otras regiones del mundo, América Latina también sufre de la inigualdad, la injusticia, la explotación y la miseria. El capital extranjero saquea los recursos de este continente. Como el Medio Oriente, Mar Caspio y distintas partes de África, en América Latina también, la miseria está en un nivel muy alto, a pesar de todas las riquezas naturales que tiene. Por un lado, millones de personas -la clase obrera y los oprimidos- sufren del hambre, la desocupación y la miseria. Por otro lado, muchos fábricas están cerradas y amplias áreas agrícolas no están cultivadas como resultado de las imposiciones neoliberales y del hecho que no hay mucha expectativa para la ganancia en estos sectores.
América Latina es una de las regiones donde se observa la polarización más profunda del mundo en el sentido social y político. En este continente, donde se realizaron muchos golpes de estado durante las últimas décadas, diez gobiernos fueron derribados desde el año 2000 a causa de las crisis, los golpes y los levantamientos masivos.
La oleada antiimperialista en América Latina ha creada una gran simpatía en Turquía y Kurdistán del Norte también, como lo sucedió en todas partes del mundo. Los medios de lucha que surgen en América Latina han sido y siguen siendo ejemplares para las fuerzas progresistas, revolucionarios y comunistas de nuestra región.
Los movimientos de masas espontáneos que desarrollaron desde el principio del año 2000 fueron el precursor del auge de la lucha revolucionaria en la América Latina entera. Los movimientos populares en Argentina, en Ecuador, en Bolivia, en Venezuela y en Méjico llegaron al nivel de ser los levantamientos locales y nacionales. En algunas de estas experiencias, aparecieron las siembras del poder local y las formas de organización de tipo soviético. Aparecieron los ejemplos importantes del sindicalismo revolucionario y militante. Los métodos, medios y las formas de lucha creados por el movimiento espontáneo de los obreros, desocupados, campesinos e indígenas han regalado importantes experiencias, han sido un recurso de inspiración y ha elevado la moral del movimiento revolucionario en el mundo entero. La orientación y la simpatía a la izquierda han aumentado mucho en el continente. Durante de estas luchas, desarrollaron los lazos de los movimientos de masas con las fuerzas revolucionarias y comunistas y aumentó la influencia de los partidos revolucionarios. Sin embargo, ninguna de estos movimientos ha llegado al nivel de ser una revolución popular o proletaria. Todos se concluyen con el poder de las fuerzas liberales y reformistas. Esta oleada de los movimientos de masas ha llevado los partidos y grupos con los programas progresistas, antiimperialistas y populares al gobierno en Venezuela, Bolivia y Ecuador. Estos gobiernos progresistas, junto con el de Cuba liderada por Fidel Castro, han creado un eje antiyanqui que tiene un grande eco e influencia en el continente y en el mundo entero. Por otra parte, la reacción de la burguesía de América Latina en muchos países ante los movimientos populares ha sido llevar a los gobiernos algunas fuerzas, como Lula en Brasil, Nestor Kircshner en Argentina y los Sandinistas en Nicaragua, que hablan de ser "izquierdistas" y que hacen su propaganda para las elecciones dando las promesas sobre "acabar con las políticas neoliberales". Estos gobiernos han calmado los movimientos en estos países temporalmente y en el mismo tiempo, han mostrado un patinaje muy rápido a la derecha, volviéndose en los abanderados de las políticas neoliberales de la destrucción capitalista.
Bajo las condiciones actuales donde las contradicciones entre los imperialista se agudizan especialmente en el Medio oriente en la forma de las guerras concretas y donde el imperialismo yanqui se ha empantanado ante la resistencia en Irak, los EEUU no ha podido conducir una intervención definitivo en estos desarrollos serios en su "jardín trasero". Las resistencias de los pueblos de Palestina, de Irak y del Medio Oriente entero ha sido la fuerza auxiliar directa de los movimientos militantes de masas en la América Latina.
La influencia del imperialismo yanqui en el continente sigue reduciéndose generalmente desde hace 10-15 años, aunque esto suceda a distintos niveles en cada país.
Se debe considerar la movilidad política y la lucha de masas en este continente de los últimos años y el derribo de los gobiernos como resultado de estas luchas como los desarrollos que expresan una situación revolucionaria en algunos países del continente. Como los que ocurre en otras partes del mundo, en este continente también, la clase obrera y los trabajadores han sido gobernados por los partidos burgueses que son los colaboradores del imperialismo, no importa que sean conservadores o sean socialdemócratas. La "obra" de estos gobiernos no ha sido nada más que servir a los intereses del imperialismo y de las grandes burguesas y los terratenientes que son los colaboradores del imperialismo por un lado y llevar hambre, desocupación, miseria y represión a las amplias masas por otro lado. La corrupción y la degeneración del sistema burguesa en adición a esto han causado un gran descontento entre las masas obreras y trabajadoras, y también entre la pequeña burguesía de las ciudades; y las reacciones y levantamientos espontáneos de masas siguieron esto. Los acontecimientos en Argentina, en Venezuela, en Bolivia y últimamente, en Ecuador son los resultados directos de la reacción espontánea de las masas.
Una realidad que no se observa en otras partes del mundo es que en América Latina, aún la chispa más pequeña puede encender los campos y las ciudades y puede causar el levantamiento de las masas, puede derribar los gobiernos y puede desarrollar distintas formas de lucha. Como lo que ocurrió con el movimiento de los desocupados en Argentina y la huelga de los maestros en Oaxaca, estas luchas pueden convertirse en los levantamientos nacionales de las amplias masas obreras y trabajadoras y pueden crear sus propias formas de organización. Las luchas de los distintos sectores se generalizan en un corto tiempo teniendo ecos en el nivel nacional y además, continental.
Generalmente, América Latina es una de los eslabones más débiles del sistema imperialista mundial y hoy día, es el eslabón débil más importante. Este carácter de ella, el dinamismo revolucionario debido a los motivos mencionadas y últimamente, su papel de ser el "jardín trasero" del imperialismo yanqui hacen América Latina muy importante para el movimiento revolucionario del mundo.
En América Latina, las contradicciones agudizadas como resultado de los distintos procesos económicos y sociales y las situaciones revolucionarias a base de esto ya solamente pueden volverse en los levantamientos espontáneos. El hecho que las oportunidades de una situación revolucionaria no se vuelven en los levantamientos con la conciencia de clase y para la revolución y el socialismo donde la clase obrera puede jugar su papel histórico muestra la debilidad o el desarrollo insuficiente del factor subjetivo en la revolución. Es claro que la incapacidad de los partidos comunistas debida a su debilidad crea espacios de maniobra para los sectores burgueses radicales con las consignas de izquierda, para la pequeña burguesía y la media burguesía y estas fuerzas sociales pueden tomar el poder con los programas y consignas populistas. El hecho que no existen los partidos comunistas que sean bastante fuertes para dirigir la lucha espontánea de las masas obreras y trabajadoras ha causado en estos países que las fuerzas burguesas nacionales han venido a los gobiernos con las consignas y los entendimientos programáticos de la independencia nacional, el desarrollo nacional, los intereses nacionales y la lucha contra el imperialismo. El populismo es una vez de moda en América Latina.
Las fuerzas populistas que están en el gobierno en estos países creen que pueden desarrollar las soluciones profundas a los problemas de las masas al cancelar las políticas y las imposiciones neoliberales que súper explotan la clase obrera y las masas trabajadoras, al reemplazar las con las programas con contento social y al reconocer algunos derechos democráticos y sociales de las amplias masas, lo cual es indudablemente importante. Los programas de estas fuerzas, que también son cubiertas con las consignas del socialismo y la revolución, son el mismo tiempo el programa de la burguesía nacional que quiere tomar el poder y poseer las riquezas del país por sí solo. Esto es la realidad objetiva detrás de la lucha contra el imperialismo y la política de nacionalización.
La toma de los gobiernos en muchos países de América Latina por estas fuerzas que se opone a un cierto nivel contra el imperialismo yanqui, que no acepta las imposiciones neoliberales y algunos de las cuales están muy poco bajo la influencia del socialismo juega un papel progresista y refuerza las luchas antiimperialistas en todas partes del mundo. Sin embargo, es una realidad que las medidas tomadas por ellas no tiene nada que hacer con el socialismo.
Como lo sucedió en Venezuela bajo el liderazgo de Chavez, serán llevadas a cabo algunas extensas programas sociales a favor de la clase obrera y las masas trabajadoras y esto va a hacer daño a los intereses del imperialismo y de la grande burguesía y los terratenientes. Y aún ya lo he hecho. Pero que extensas y profundas sean que sean estas reformas sociales, no están orientadas a cambiar el sistema social, las relaciones capitalistas/burguesas de propiedad y producción en estos países. No hay duda que se debe apoyar y no se debe subestimar estas medidas en el sentido de las libertades políticas y algunos derechos sociales.
Por otro lado, se debe tener en la consideración que estas medidas están dentro de los límites de las relaciones burguesas de la propiedad. Estas fuerzas ni tienen el objetivo de derrumbar el capitalismo ni incluso lanzan una crítica profunda del sistema capitalista. Forman un eje en el continente sobretodo contra el imperialismo yanqui, toman una posición en contra de las organizaciones tales como el FMI y el Banco Mundial y nacionalizan las empresas pertenecientes al capital extranjera. Sobretodo en Venezuela, a veces pueden tocar al capital nativo como lo que sucedió con el RCTV. No hay duda que estos son pasos positivos que deben ser apoyados, pero las relaciones de propiedad y producción presentes no son cambiados, no se tocan a la esencia de estas y continúan con el viejo estado, el viejo ejército, la vieja policía y la vieja legislación, con algunos pequeños cambios. El aspecto común de todos estos gobiernos es el hecho que todos luchan contra el neoliberalismo y el imperialismo yanqui en una manera populista. Estas fuerzas no luchan contra el sistema capitalista y defienden la propiedad privada. Estos gobiernos no tienen nada más que algunas reformas sociales para dar a la clase obrera y las masas trabajadoras.
No hay ninguna duda que cada uno de estos gobiernos ha sido un resultado de las grandes luchas de las masas y cada uno tiene el apoyo amplio del pueblo. Las reformas sociales están defendidas por la acción callejera de las masas ante las fuerzas cuyas intereses están golpeadas. En Ecuador, Correa ha expresado la demanda del pueblo, el cual le ha llevado al gobierno, para un Asamblea Constituyente y el pueblo no ha dejado las calles durante de muchos meses para defender su demanda. El proceso de la Constituyente ha sido posible solamente a través de esta lucha. En Venezuela, cada paso adelante ha sido posible solamente a través de la fuerza impulsiva de las luchas de masas.
Asimismo, la existencia de estos gobiernos ha aumentado las oportunidades de las masas obreras y trabajadoras de hacer política y de intervenir a los asuntos estatales a un nivel importante, sobretodo en Venezuela. La existencia de estos gobiernos crea oportunidades también para el desarrollo de las fuerzas revolucionarias y comunistas.
Pero a pesar de todo esto, independientemente de las medidas a favor de las masas obreras y trabajadoras, generalmente estos gobiernos también juegan un papel de impedir que las luchas de masas crucen las fronteras del sistema capitalista.
Por otra parte, el hecho que no existe ahora ningún país socialista en el mundo aumenta el valor marginal de estas medidas. Está de moda que hablar sobre la revolución y el socialismo, y concretizándolo, sobre "el socialismo del siglo 21". Y este tipo de la "revolución" y el "socialismo" sigue siendo un recurso de inspiración para muchos.
Algunas organizaciones en América Latina y en el mundo que hablan de ser socialista o comunista, algunos partidos comunistas, algunos círculos pequeño burgueses revolucionarios y reformistas, algunos intelectuales que afirman ser marxistas, la dirección pacifista y reformista del Foro Social Mundial y del Foro Social Europeo aplauden la vía de "avanzar hacia el socialismo" en América Latina que no toca al sistema capitalista presente y a las relaciones presentes de propiedad y producción, que se realiza sin el liderazgo de las fuerzas comunistas y revolucionarios y que se abre a través de la vía electoral y de los golpes de estado.
Estas opiniones defendidas por estas organizaciones, siendo afuera del punto de vista de la clase, causan una confusión en el entendimiento de la teoría de la revolución y el socialismo entre la clase obrera y las masas trabajadoras y torcen los principios fundamentales del Marxismo - Leninismo, el cual es el punto de vista del proletariado.
La razón por la cual "el socialismo del siglo 21" de Chavez es tan popular ahora no es secreto. El colapso del sistema que no era socialista sino absolutamente capitalista en la Unión Soviética revisionista y social imperialista ha dirigido la clase obrera y las masas trabajadoras del mundo que tenían confianza en el socialismo a nuevas búsquedas. Las teorías lanzadas por la burguesía imperialista ha profundizada más adelante la desconfianza al socialismo y al marxismo-leninismo de estas masas que estaban confusos y que habían perdido sus esperanzas. Casi todos los revisionistas, los corrientes burguesas que hablan en nombre del Marxism, los intelectuales y los círculos pequeño burgueses que afirman de ser marxistas lanzan el entendimiento que el socialismo del siglo 20 se hayan hecho una historia y que sea importante de desarrollar el socialismo del siglo 21.
Es una realidad que la simpatía al socialismo y al Marxismo-Leninismo sustituye al proceso de volver la espalda al socialismo y al Marxismo-Leninismo bajo una propaganda anticomunista muy intensificada después del colapso de la Unión Soviética y del Bloque Revisionista. Los conceptos de la revolución y del socialismo, las consignas de la izquierda se hacen de nuevo muy populares. Los líderes patriotas y populistas en estos países mencionados de América Latina canalizan la clase obrera y las masas trabajadoras a las programas nacionalistas o pequeña burguesas, utilizando de estas consignas.
Las fuerzas comunistas y revolucionarias deben apoyar las reformas sociales con un contento antiimperialista y popular en estos países y solidarizarse con estos países contra los intentos de golpe de estado y los levantamientos reaccionarios organizados por el imperialismo yanqui. Al lado de esto, deben definir correctamente el contento de clase de las reformas sociales realizadas en estos países, y particularmente en Venezuela, deben conducir una lucha ideológica y teórica contra el hecho que se torcen el proceso patriota y democrático en estos países es como la revolución y el socialismo.
El desarrollo de la oleada antiimperialista y de la izquierda en América Latina no solo produce los gobiernos populares de este tipo; sino también crea los ejemplos más avanzadas del mundo en el sentido de la organización y lucha de la clase obrera y las masas trabajadoras. Al lado del hecho que las fuerzas progresistas toman el gobierno a través de la vía electoral a nivel continental, también aparecen algunos ejemplos del poder obrero y popular, aunque todavía está a nivel local, que es débil pero que sonríe al futuro. Después de las experiencias de los consejos barriales que fueron formados durante del movimiento de los desocupados en Argentina y durante de los levantamientos populares en Bolivia, la experiencia de la APPO que ocurrió en Oaxaca el año pasado -aunque se quedó a nivel local- ha sido la siembra más adelante por ahora del poder obrera y popular en las luchas en América Latina. El liderazgo destacado de las fuerzas revolucionarias y comunistas en esta lucha ha sido un ejemplo y un recurso de inspiración para un otra vía de la cual América Latina tiene las dinámicas de desarrollo. Es la vía de derribar el poder burguesa por fuerza y de la toma del poder por los soviets obreros-trabajadores. En el mismo tiempo, se volvió en un fuerte ejemplo contra la tendencia de "actuar sin los partidos políticos" que existe en el seno de los movimientos populares de muchos países del continente. Es otra tarea muy urgente de las fuerzas comunistas y revolucionarios que defender, analizar y generalizar estas experiencias a nivel continental. La respuesta de la pregunta si estas luchas y levantamientos de masas se resultaré con el poder de las fuerzas liberales reformistas como los otros levantamientos o avanzaré hacia el poder obrera y trabajador se depende de una intervención activa de las fuerzas comunistas y revolucionarios en estos movimientos y los pasos dados por ellas para reforzar sus lazos con la clase obrera y las masas trabajadoras.
Por otro lado, las luchas armadas populares que continúan en Colombia y algunas otras regiones siguen siendo un importante elemento del proceso revolucionario y antiimperialista en el continente.
Estos procesos revolucionarios en América Latina y el auge antiimperialista a nivel continental también muestran que la base para las revoluciones regionales al lado de las revoluciones en cada país ha desarrollado mucho.
Estos hechos, en el mismo tiempo, marcan la necesidad de la coordinación de la lucha antiimperialista a nivel regional e internacional y el papel de las fuerzas revolucionarias y comunistas en este contexto. El proceso en América Latina surge en un periodo donde la clase obrera ha empezado a reorganizarse y reforzarse a nivel mundial y donde la lucha contra la ocupación, las amenazas y el saqueo imperialistas sigue aumentando. Este proceso facilita mucho la unificación internacional de la lucha antiimperialista que todavía está desorganizada a nivel internacional, la formación de las coordinaciones locales y regionales para llegar a este objetivo y avanzar en la organización de la lucha a nivel mundial a través de estas coordinaciones. La base de la formación de las coordinaciones regionales es aún más fuerte en las regiones donde las contradicciones internales entre las fuerzas imperialistas y las entre los pueblos y naciones oprimidos y los imperialistas están agudizadas. Pero las fuerzas y la lucha antiimperialistas está desorganizada y ineficaz a nivel reginal y mundial. Se existen algunas plataformas progresistas y antiimperialistas, las búsquedas y las organizaciónes formadas por los partidos revolucionarios y comunistas y cada una de estas son iniciativas y esfuerzos valorables. Por otro lado, estas faltan en crear un entendimiendo de la solidaridad concreta, en organizar y dirigir una verdadera lucha contra el imperialismo a base de las políticas concretas y en producirse y crecerse a base de esta lucha política. Tienen una debilidad en los sentidos de la actividad, la continuación y la organización. Sería una intervención revolucionaria y activa en está situación la fundación de las coordinaciones antiimperialistas concretas y permanentes por los partidos y las fuerzas progresistas antiimperialistas, revolucionarios y comunistas contra el imperialismo, el fascismo y la reacción política en distintas regiones, sobretodo en las regiones como el Medio Oriente, los Balcanes, los Caucasos/el Mar Caspio, Asia Central y del Sur y América Latina donde las contradicciones están más agudizadas. Nuestro partido PCML ha tomado parte en los esfuerzos de formar tal coordinaciones de la lucha antiimperialista en el Medio Oriente, los Balcanes y los Caucasos/el Mar Caspio y jugó un gran papel en la formación de las coordinaciones en el Medio Oriente y los Balcanes.
Las fuerzas comunistas en cada país son las partes del movimiento comunista internacional y no pueden quedarse silenciosas ante los desarrollos internacionales. El partido comunista, que es internacionalista como una parte de su esencia, debe tomar partido, debe intervenir activamente en las luchas en distintos países o regiones del mundo y debe apoyar estas luchas.
El obstáculo más importante del movimiento comunista internacional en organizar la lucha internacional contra el capital y el imperialismo y en continuarla es el hecho que no ha logrado su unidad activa a nivel internacional. Es una de las tareas más urgentes del movimiento comunista del mundo que luchar para sobrepasar este obstáculo.