Como un paso de la realización de su hegemonía mundial, el imperialismo yanqui ocupó el Irak. Haciendo esto quiere apropiarse de las riquezas naturales de la región y al mismo tiempo impedir de que sus rivales existentes y potenciales se desarrollen y compitan con él. En el contexto de la geopolítica de la hegemonía mundial del imperialismo yanqui, el Irak sólo es un escalón. A causa de esto, no se puede considerar la política del imperialismo yanqui frente al Cercano Oriente, al Cáucaso, al Medio Oriente y al Mar Caspio separadamente de su política frente a la Unión Europea, Rusia y China. Justamente por esta razón, la ocupación del Irak y las amenazas contra Irán y Siria, el«Proyecto del Gran Medio Orient» en su totalidad, no es otra cosa que un resultado lógico de la comprensión de la hegemonía mundial de los bandidos norteaméricanos.
Con sus acciones, los trabajadores del mundo han mostrado una reacción verdadera y concreta contra la guerra imperialista. Al protestar contra la guerra inminente, millones de antibelicistas han ocupado las calles por decirlo así. El 15 de febrero 2003, el movimiento contra la guerra protestó con millones de participantes en contra de la posible guerra. No se habían visto manifestaciones tan magníficas como estas desde los años 60.
La guerra contra Irak despertó millones de endormidos y al mismo tiempo agudizó las contradicciones entre los imperialistas, por lo menos las contradicciones entre EE.UU-UE y EE.UU-Rusia y demostró una vez más el carácter de la ONU. Los ocupadores rapazes, que pensaban que en Irak serían recibidos con bienvenidas y con flores, se tropezaron con la resistencia. Las ventajas resultando de la superioridad militar no bastaban para convertir Irak en una«tumba silenciosa». Los pueblos del Irak han aumentado con ojo y enojo su resistencia contra los bandidos que explotan el petróleo del país, destruyen las obras y valores históricos y humillan la gente con prácticas de violación y tortura. Comenzaron a ofrecer resistencia de manera organizada en contra de los ocupadores. No importa cual sea la tendencia política y la comprensión que tengan, están desenvolviéndose así para que puedan continuar su resistencia de forma organizada en todo el país. Para los ocupadores, Irak se convirtió en un pantano de verdad. Llegó a tal punto, que el imperialismo yanqui está viviendo el síndrome del Vietnam
La resistencia contra la guerra concreta y la ocupación y amenazas imperialistas hicieron evidente una vez más el carácter clasista de la dirección del movimiento contra la guerra. Debido a su carácter clasista, la dirección pacifista del movimiento no hace una distinción entre guerras justas y guerras injustas y reduce la acción con la guerra concreta. Para estos elementos, el objetivo principal era impedir de que empieze la guerra. Reducieron el contenido y el éxito de la acción con el impedimiento de la guerra. No se pude lograr este objetivo y con el fin de protestar contra la ocupación de Irak, en la actitud frente a la ocupación y la amenaza imperialistas sólamente hubo acciones débiles. Este punto constituye una línea divisoria entre los pacifistas y los antiimperialistas de verdad en la lucha contra el imperialismo resultando de las diferentes posiciones.
Mientras tanto, este movimiento se acostumbró a la ocupación del Irak. No da mucha importancia a la resistencia conti-nua en contra de la ocupación. Llegó a tal punto que hubo discusiones importantes al margen del 3er Foro Social Europeo, si en el período futuro las acciones deben dirigirse principalmente en contra de la guerra o en contra de los ataques neo- liberales. Pero bien mirado, no se puede separar la lucha en contra de la guerra y la agresión imperialistas de la lucha en contra de los ataques de la globalización imperialista y la política neoliberal. Las acciones internacionales de masas que tuvieron lugar el 15 de febrero al mismo tiempo eran una reacción indirecta pero evidente de millones de personas en contra de los ataques neoliberales.
Hoy hemos llegado a una situación en la cual el imperialismo yanqui se empantanó en Irak. Está conciente de que no puede partir del Irak como si nada ha pasado. Por otro lado es muy evidente que la continuación de la ocupación lleva a que se organizan más y más Iraquis en la lucha por la libertad. También es evidente que los EE.UU serán confrontados a ser expulsados de una manera similar a lo que se sucedió en Vietnam.
Con el fin de mostrar de que no son ocupantes y de que han introducido la demo-cracia en el país, el imperialismo yanqui organizó falsas elecciones. Las elecciones en Irak sólamente son una expresión de la aspiración de legitimar la agresión y la ocupación imperialistas.
En este sentido, las elecciones son solamente una mascarada. Los colaboradores como Barzani y Talabani son dos de los actores más importantes de esta mascarada. Otro actor de esta farsa es el líder espiritual de los chiítas árabes, el Ayatollah Sistani. Estas fuerzas fueron persuadidas a participar en las elecciones. Así, legitiman la ocupación a través de las elecciones. Pero el pueblo iraquí muestra que ha elegido el camino de la resistencia. Si de hecho, existen dos alternativas en el Irak: primero la elección del régimen protecionista y segundo la elección de la resistencia por la libertad.
La ré-elección de Bush indicó que la agresividad norteaméricana se amplificaría e intensificaría aún más. Y así también fue como empezaron a amenazar Siria e Irán nuevamente.
De todos modos estos países ya hicieron declaraciones en este sentido. A causa de la resistencia que está profundizándose y amplificándose en el Irak, la amenaza contra Siria y el Irán de parte del imperia-lismo yanqui y un ataque posible contra estos países, por un lado se agudizan las contradicciones entre los imperialistas y por otro lado esto llevará a una intensificación de la lucha antiimperialista. En este período, junto con la organización y la continuación de la lucha antiimperialista y de la solidaridad internacional, sobre todo las fuerzas revolucionarias y comunistas de la región tienen tareas especiales e importantes.
Las fuerzas revolucionarias y comunistas de nuestra región tienen la tarea importante de organizar la lucha antiimperia-lista, no sólo en el Medio Oriente sino también en los Balkanes y en el Cáucaso.
Estamos convencidos de que hay que llevar a cabo un trabajo intenso para poder unir todas la fuerzas que están en nuestra región y también estamos convencidos de que no hay ningún obstáculo para crear la lucha unificada de todas las fuerzas democráticas, antiimperialistas y revolucionarias. Después de todo te-nemos enemigos co-munes: imperialistas que ocupan nuestros países o quieren ocuparlos y sus colaboradores nati-vos respectivos.
Al organizar la lucha antiimperialista en nuestra región, al desarrollar más las resistencias regionales se deben formar coordinaciones regionales antiimperialistas. Nues-tro Partido PCML es de la opinión de que tal tipo de coordinaciones son una necesidad en la lucha regional antiimperialista, de que representan la forma más adecuada de la lucha de la organización regional. Junto con seminarios regionales, que deben servir a la aclaración, las coordinaciones regionales antiimperialistas son las formas correctas en la lucha antiimperialista para solucionar los problemas comunes de los pueblos en los Balkanes, el el Cáucaso y en el Medio Oriente.
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