Para conseguir el término para las negociaciones de adhesión en la cumbre de la UE que tuvo lugar el 17 de diciembre, una de las últimas tareas del Estado turco era de pasar la nueva Ley Penal. Según la opinión del Ministro de Justicia Cemil Cicek, la Ley, presentada al Congreso Nacional en junio, debía "resolver el problema de las prisiones de planta a raíz". Lo que entienden de esto es conseguir que los presos revolucionarios se rindan. A causa de la lucha en contra de esta ley, en este tiempo, el gobierno había rechazado la ley previendo "vestuarios unitarios" y "trabajos forzados" con los cuales se tomó como blanco la identidad de los presos y se consideró su derecho a resistir como un crimen.

La derogación de la ley no ha debilitado la lucha en contra del aislamiento. Los opositores al aislamiento, quienes sabían que la derogación sólo fue una maniobra, se reunieron en toda la Turquía y en Kurdistán del Norte y han formado plataformas. Ha habido esfuerzos para aumentar la resistencia que están ofreciendo los presos dentro de las cárceles bajo todas las condiciones, también fuera de las cárceles a través de distintos medios y formas de la lucha. Se sabía de antemano, de que antes del 17 de diciembre esta Ley sería presentada nuevamente en el Congreso Nacional y por esta razón aumentó el número de acciones de protesta en contra de la Ley.

Las protestas crecientes en contra de la Ley y la presión social fueron los motivos por los cuales el Estado hizo un paso atrás al rechazar y cambiar los artículos como "vestuarios unitarios" y "trabajos forzados". Frente a la lucha de los opositores al aislamiento, de los familiares de los presos y de los mismos presos revolucionarios, el gobierno retiró sus proyectos y el 13 de diciembre pasó la Ley en su forma modificada. El 7 de diciembre, día en el cual se debatía la Ley en una subcomisión del Congreso Nacional, un grupo de la E SP se reunió en Ankara y transmitió el mensaje luchando con la policía en las calles de que sí se puede hacer fracasar la ley a través de la fuerza de la calle. En los días en que se discutía la Ley en el Congreso Nacional, los presos revolucionarios han protestado contra la ley con una huelga de hambre temporal. Los presos revolucionarios subrayan que no se someterán a las sanciones de la Ley y que no renunciarán a su identidad revolucionaria.

El día aniversario del baño de sangre que la dictadura fascista había llevado a cabo el 19 de diciembre 2000 en 20 cárceles, los opositores al aislamiento han organizado protestas en contra de este baño de sangre y al mismo tiempo contra el aislamiento y la Ley Penal. La acción en masiva en contra de la masacre del 19 de diciembre tuvo lugar en Estambul con dos mil participantes.

El hecho de que ya han pasado la Ley en el Congreso Nacional no va a frenar la lucha contra el aislamiento y los opositores al aislamiento lo muestran, como ya lo han hecho antes también, con su decisión de seguir con su lucha en contra de esta Ley de aislamiento.

El PCML es de la opinión de que la cuestión del aislamiento está formando parte de la estratégica general de la reestructuración del Estado y parte de la idea de que no se puede resolver este problema solamente a través de los presos. El PCML estaba y está defendiendo el punto de vista de que se puede rechazar la arremetida si uno desarrolla la lucha con una base social.

Por un lado el PCML aspira a formar coaliciones más amplias de los opositores al aislamiento y de encargarse de tareas en coaliciones y plataformas que ya existen, y por otro lado, apoyándose en sus fuerzas y utilizando todas las formas de acción, lucha para que esta Ley sea derogada y no llevada a a práctica. El PCML está decidido firmemente de desbaratar la arremetida de la dictadura fascista por institucionalizar y legitimar el aislamiento.