Obama, presidente de los monopolios yanquis
Share on Facebook Share on Twitter
 
Otros artículos
 

Después de 8 años de gobierno de Bush mucha gente no sólo en los EE.UU. sino también en el mundo entero ligó muchas esperanzas por cambio, por más democracia y paz con Obama, pero de verdad no existen razones concretas por tener tantas esperanzas.

01 Diciembre 2008 /Boletín Internacional / Edición 76

 

En las elecciones en los Estados Unidos del 4 de noviembre, Barack Hussein Obama fue elegido como el 44° presidente de los EE.UU. y asumirá el cargo de la presidencia el 20 de enero 2009 de su predecesor Bush.
El hecho que él es primer presidente negro de un país fundado sobre la opresión sistemática de los pueblos negros e indígenas causó muchas discusiones en todo el mundo. Pero aunque sin duda ninguna es un símbolo importante tener un presidente negro, eso no dice nada sobre el carácter político de este nuevo presidente y su gobierno. Para entender cuyo presidente él será no es suficiente considerar su color, como el ejemplo de C. Rice ya mostró. Después de 8 años de gobierno de Bush mucha gente no sólo en los EE.UU. sino también en el mundo entero ligó muchas esperanzas por cambio, por más democracia y paz con Obama, pero de verdad no existen razones concretas por tener tantas esperanzas.
El hecho de que la política agresiva del imperialismo yanqui en el Medio Oriente, en los Balcanes y otros partes del mundo causó muchas protestas junto con la crisis financiera que se produjo poco antes de las elecciones mejoró mucho las perspectivas de Obama. Es verdad que la elección de Obama por un lado es la expresión del pueblo norteamericano queriendo un cambio, estando cansado de la guerra, de los ataques neoliberales, racismo y pobreza. Pero al otro lado es la respuesta de los monopolios a la crisis económica y la estagnación en la política de guerra al nivel internacional porque necesitan una nueva imagen para continuar con su orden de explotación y guerra. Eso es la razón por la cual necesitan alguien como Obama, que alimenta la esperanza de la gente. Así pues, Obama es la esperanza de los grandes monopolios de refrescar la economía norteamericana de nuevo y aliviar los monopolios. Por supuesto no se trata solamente de una nueva imagen, bajo las condiciones de la crisis económica, que tiene el potencial de cambiar todos los balances del mundo capitalista, ellos también sienten la necesidad de algunas nuevas orientaciones económicas y políticas. Este tipo de cambios, que pueden venir a la agenda del día durante el gobierno de Obama, no resultaran de él sino de las necesidades de la burguesía yanqui.
Obama habló mucho de cambios durante su campaña electoral y consiguió ganar muchos votos por esta promesa del cambio. ¿Pero que va ha cambiar?
Ya anunció que no tiene el plan de retirar los soldados yanquis antes de 2011 de Irak, exigió una OTAN fuerte y más apoyo de Europa por la ocupación de Afganistán. Con todo ello anunció que quiere reforzar la llamada guerra antiterrorista y continuar con la política de la guerra imperialista y la aplicación de programas neoliberales.
Cuando tenemos en cuenta la gente al lado de Obama podemos ver fácilmente que no existe una señal de un cambio sino de la repetición de la política de antes. Entre los candidatos de su gabinete es Joe Biden, quien era una de las personas más importantes durante el ataque a Irak. Al lado de él encontramos al jefe de gabinete Rahm Emanuel, que ha criticado Bush de actuar "demasiado complaciente" con los palestinos. Un candidato por el ministro de Defensa es Richard Holbrooke, uno de los arquitectos de la guerra contra Yugoslavia. Paul Volcker estará tal vez responsable por la economía; en principios de los años 80 él era el constructor en jefe del neoliberalismo. O Robert Rubin, que tenía este cargo bajo Clinton y era responsable para la desregulación de la banca. Hay mucha gente más al lado de Obama, que ya eran en los gabinetes de Bush y Clinton, entonces no hay verdaderamente nuevo en cuanto a este nuevo gobierno de la burguesía yanqui. Z. Brzezinski, uno de los teóricos de la política exterior agresiva yanqui, también apoya a Obama. Él era su asesor para política exterior durante la campaña electoral y otra candidata por el nuevo gobierno es M. Albrigtht, ministro del exterior bajo Clinton.
Podemos ver muchos ejemplos en la historia norteamericana que aquellos, que vinieron al poder con el aserto de cambio tomaron las decisiones más vitales: Era Wilson quien hizo los EE.UU. entrar a la Segunda Guerra Mundial, era Kennedy quien empezó la guerra contra Vietnam y era Clinton quien decidió atacar Somalia y Yugoslavia.
El imperialismo está frente a una situación muy difícil, es en descenso en todos ámbitos y trata de encontrar caminos para reforzar su hegemonía mundial otra vez. Los EE.UU. tratan de salvar su imagen convulsionado y de vencer la estagnación en siendo la policía mundial y sus derrotas con Obama. Obama continuará con las políticas agresivas, de ocupación y expansionistas del imperialismo yanqui. Concluyó su discurso después la victoria electoral con las palabras "que Dios os bendiga y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América" y así mostró que va ha seguir la pisada de todos los presidentes blancos antes de él. Aquellos, que ligaron sus esperanzas a Obama van a ver pronto que se equivocaron porque él, como presidente de una potencia imperialista fuerte, continuará con la política de estado del imperialismo yanqui y continuará a atacar los obreros y trabajadores y sus luchas por libertad y socialismo.

 

 

Archivo

 

2020
Enero
2019
Diciembre Noviembre
Octubre Septiembre
Agosto Julio
Junio Mayo
Abril Marzo
Febrero

 

Obama, presidente de los monopolios yanquis
fc Share on Twitter
 

Después de 8 años de gobierno de Bush mucha gente no sólo en los EE.UU. sino también en el mundo entero ligó muchas esperanzas por cambio, por más democracia y paz con Obama, pero de verdad no existen razones concretas por tener tantas esperanzas.

01 Diciembre 2008 /Boletín Internacional / Edición 76

 

En las elecciones en los Estados Unidos del 4 de noviembre, Barack Hussein Obama fue elegido como el 44° presidente de los EE.UU. y asumirá el cargo de la presidencia el 20 de enero 2009 de su predecesor Bush.
El hecho que él es primer presidente negro de un país fundado sobre la opresión sistemática de los pueblos negros e indígenas causó muchas discusiones en todo el mundo. Pero aunque sin duda ninguna es un símbolo importante tener un presidente negro, eso no dice nada sobre el carácter político de este nuevo presidente y su gobierno. Para entender cuyo presidente él será no es suficiente considerar su color, como el ejemplo de C. Rice ya mostró. Después de 8 años de gobierno de Bush mucha gente no sólo en los EE.UU. sino también en el mundo entero ligó muchas esperanzas por cambio, por más democracia y paz con Obama, pero de verdad no existen razones concretas por tener tantas esperanzas.
El hecho de que la política agresiva del imperialismo yanqui en el Medio Oriente, en los Balcanes y otros partes del mundo causó muchas protestas junto con la crisis financiera que se produjo poco antes de las elecciones mejoró mucho las perspectivas de Obama. Es verdad que la elección de Obama por un lado es la expresión del pueblo norteamericano queriendo un cambio, estando cansado de la guerra, de los ataques neoliberales, racismo y pobreza. Pero al otro lado es la respuesta de los monopolios a la crisis económica y la estagnación en la política de guerra al nivel internacional porque necesitan una nueva imagen para continuar con su orden de explotación y guerra. Eso es la razón por la cual necesitan alguien como Obama, que alimenta la esperanza de la gente. Así pues, Obama es la esperanza de los grandes monopolios de refrescar la economía norteamericana de nuevo y aliviar los monopolios. Por supuesto no se trata solamente de una nueva imagen, bajo las condiciones de la crisis económica, que tiene el potencial de cambiar todos los balances del mundo capitalista, ellos también sienten la necesidad de algunas nuevas orientaciones económicas y políticas. Este tipo de cambios, que pueden venir a la agenda del día durante el gobierno de Obama, no resultaran de él sino de las necesidades de la burguesía yanqui.
Obama habló mucho de cambios durante su campaña electoral y consiguió ganar muchos votos por esta promesa del cambio. ¿Pero que va ha cambiar?
Ya anunció que no tiene el plan de retirar los soldados yanquis antes de 2011 de Irak, exigió una OTAN fuerte y más apoyo de Europa por la ocupación de Afganistán. Con todo ello anunció que quiere reforzar la llamada guerra antiterrorista y continuar con la política de la guerra imperialista y la aplicación de programas neoliberales.
Cuando tenemos en cuenta la gente al lado de Obama podemos ver fácilmente que no existe una señal de un cambio sino de la repetición de la política de antes. Entre los candidatos de su gabinete es Joe Biden, quien era una de las personas más importantes durante el ataque a Irak. Al lado de él encontramos al jefe de gabinete Rahm Emanuel, que ha criticado Bush de actuar "demasiado complaciente" con los palestinos. Un candidato por el ministro de Defensa es Richard Holbrooke, uno de los arquitectos de la guerra contra Yugoslavia. Paul Volcker estará tal vez responsable por la economía; en principios de los años 80 él era el constructor en jefe del neoliberalismo. O Robert Rubin, que tenía este cargo bajo Clinton y era responsable para la desregulación de la banca. Hay mucha gente más al lado de Obama, que ya eran en los gabinetes de Bush y Clinton, entonces no hay verdaderamente nuevo en cuanto a este nuevo gobierno de la burguesía yanqui. Z. Brzezinski, uno de los teóricos de la política exterior agresiva yanqui, también apoya a Obama. Él era su asesor para política exterior durante la campaña electoral y otra candidata por el nuevo gobierno es M. Albrigtht, ministro del exterior bajo Clinton.
Podemos ver muchos ejemplos en la historia norteamericana que aquellos, que vinieron al poder con el aserto de cambio tomaron las decisiones más vitales: Era Wilson quien hizo los EE.UU. entrar a la Segunda Guerra Mundial, era Kennedy quien empezó la guerra contra Vietnam y era Clinton quien decidió atacar Somalia y Yugoslavia.
El imperialismo está frente a una situación muy difícil, es en descenso en todos ámbitos y trata de encontrar caminos para reforzar su hegemonía mundial otra vez. Los EE.UU. tratan de salvar su imagen convulsionado y de vencer la estagnación en siendo la policía mundial y sus derrotas con Obama. Obama continuará con las políticas agresivas, de ocupación y expansionistas del imperialismo yanqui. Concluyó su discurso después la victoria electoral con las palabras "que Dios os bendiga y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América" y así mostró que va ha seguir la pisada de todos los presidentes blancos antes de él. Aquellos, que ligaron sus esperanzas a Obama van a ver pronto que se equivocaron porque él, como presidente de una potencia imperialista fuerte, continuará con la política de estado del imperialismo yanqui y continuará a atacar los obreros y trabajadores y sus luchas por libertad y socialismo.