Crisis y Resistencia
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Los obreros y trabajadores no aceptan sin disparar esta situación agravándose continuamente. Aunque las huelgas y resistencias están todavía aisladas, no se puede pasar por alto a la actividad en auge con formas de lucha volviéndose más y más radical.  

01 Agosto 2009 /

 A pesar de todos los tratos de atenuación por parte del gobierno los impactos de la crisis económica mundial en Turquía y Kurdistán del Norte se manifiestan más y más. En el primer trimestre de este año la economía de Turquía cayó un13, 8%. Con esta segunda caída más grande en la historia entera de Turquía, el país llegó al primer lugar entre los países de la OCDE y al tercer lugar a escala mundial.
Al mismo tiempo el déficit público creció en sólo 6 meces a 23, 2 mil millones TL. El gobierno del AKP trata de hacer algo en contra al endosar la carga de la crisis al pueblo a través de la elevación de los impuestos. Con el aumento de los impuestos para combustibles líquidos los precios subieron en un 7, 8% por término medio. Además, el IVA fue elevado otra vez a 18 % que significa una subida de precios de 10%.
Otra consecuencia de la crisis económica es el aumento del empleo. Según el Instituto de Estadísticas Turco el empleo aumentó un año por 5 % llegando a 14,9%. Según estos datos 3,5 millones son desocupados, el desempleo asciende a un 17, 5% en las ciudades y 9, 5% en el campo y 26, 5% de la juventud está sin trabajo. Pero estos datos oficiales son todavía muy lejos de la realidad. El Centro de Investigación de DISK publicó un estudio según lo cual el número real de desocupados se elevó a 5.837.000 en abril de este año. Esto significa que el desempleo de verdad ya asciende a 24, 7%. Hoy en día, cada cuarto joven en Turquía está desocupado. Ya al principio de la crisis, en septiembre 2008, el índice de parados era más que 3 millones.
Los obreros y trabajadores no aceptan sin disparar esta situación agravándose continuamente. Aunque las huelgas y resistencias están todavía aisladas, no se puede pasar por alto a la actividad en auge con formas de lucha volviéndose más y más radical. El sindicato de metal Birlesik Metal está luchando desde el 22 de diciembre del año pasado en la fábrica Sinter Metal en el barrio Umraniye de Estambul contra despidos por militancia en el sindicato. El sindicato Tekstil Sen primero luchó primero en las empresas Selga, Safak, Miteks, Asya e Hiranur y ahora en la empresa Ag Tekstil por los derechos de los obreros. Los afiliados del sindicato Limter-Is están resistiendo en las empresas CHT y Pozitif Gemi. Los periodistas están en huelga desde hace febrero y por primera vez desde el golpe militar del 12 de septiembre 1980. Los obreros municipales organizados en el sindicato Genel-Is salieron a la calle el 17 de julio y cortaron el tráfico exigiendo el pago de sueldos atrasados. 185 obreros no recibieron sus sueldos desde 8 meses. También los productores de té han protestado en varias ciudades del Mar Negro contra el hecho de que la empresa de propiedad estatal Caykur, no les pagó por el té entregado. En una marcha del 14 de julio en Findikli, más que 100 manifestantes rompieron una barricada policíaca durante protestas contra la política del gobierno del AKP y exigieron que las pandillas y no los trabajadores sean bloqueados.
Además de muchas acciones de protestas y huelgas más, también los funcionarios trabajadores de los sindicatos Egitim-Sen y KESK salieron a la calle en Ankara, en Esmirna se produjo una huelga exitosa de dos días en los ferrocarriles, en Adana los trabajadores de oficina protestaron contra traslados y el sindicato Tez Koop-Is con sus 3000 afiliados decidió declararse de huelga después del fracaso de las negociaciones tarifarias en Ankara. Además de todas estas huelgas, protestas y resistencias aun ocurrieron, aunque sea en casos aislados, ocupaciones de fábricas y tomas de rehenes.
Todas estas acciones de los obreros y trabajadores en ciudades distintas muestran claramente que están dispuestos a resistir activamente contra la política de crisis a costa de los trabajadores y que no aceptan que la carga de las crisis será cargada a los obreros y trabajadores. Pero la línea conciliadora de los sindicatos amarillos, que se asusten de cada confrontación con los capitalistas y se esfuerzan a canalizar el furor creciente de los obreros y trabajadores a vías tranquilas, constituye un obstáculo serio ante que el movimiento desarrollándose recuperaré fuerza. Al comienzo de la crisis muchos sindicatos amarillos anunciaron planes de acciones extensos, pero se ha visto que eso sólo sirvió de hacer deflagrar al vació el furor acumulado y que ninguna práctica siguió las palabras. La burocracia sindical se esforzó a toda fuerza a hacer escaparse el aire caliente y acepta una demanda de los capitalistas tras otra, como por ejemplo recientemente en las negociaciones tarifarias en el Servicio Público. Aquí es evidente la tarea importante con la cual los sindicatos luchadores de clases militantes están enfrentados hoy en día.
Con el fin de que el movimiento espontáneo de la clase obrera y las masas trabajadores naciendo por todos lados no cayere en saco roto, sino se volverá en un movimiento consciente de clase contra el régimen, el movimiento revolucionario tiene que intervenir determinadamente. Sólo si la vanguardia comunista consigue arraigarse en la clase obrera puede aprovechar las oportunidades múltiples que la crisis económica actual está ofreciendo.

 

 

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01 Agosto 2009 /

 A pesar de todos los tratos de atenuación por parte del gobierno los impactos de la crisis económica mundial en Turquía y Kurdistán del Norte se manifiestan más y más. En el primer trimestre de este año la economía de Turquía cayó un13, 8%. Con esta segunda caída más grande en la historia entera de Turquía, el país llegó al primer lugar entre los países de la OCDE y al tercer lugar a escala mundial.
Al mismo tiempo el déficit público creció en sólo 6 meces a 23, 2 mil millones TL. El gobierno del AKP trata de hacer algo en contra al endosar la carga de la crisis al pueblo a través de la elevación de los impuestos. Con el aumento de los impuestos para combustibles líquidos los precios subieron en un 7, 8% por término medio. Además, el IVA fue elevado otra vez a 18 % que significa una subida de precios de 10%.
Otra consecuencia de la crisis económica es el aumento del empleo. Según el Instituto de Estadísticas Turco el empleo aumentó un año por 5 % llegando a 14,9%. Según estos datos 3,5 millones son desocupados, el desempleo asciende a un 17, 5% en las ciudades y 9, 5% en el campo y 26, 5% de la juventud está sin trabajo. Pero estos datos oficiales son todavía muy lejos de la realidad. El Centro de Investigación de DISK publicó un estudio según lo cual el número real de desocupados se elevó a 5.837.000 en abril de este año. Esto significa que el desempleo de verdad ya asciende a 24, 7%. Hoy en día, cada cuarto joven en Turquía está desocupado. Ya al principio de la crisis, en septiembre 2008, el índice de parados era más que 3 millones.
Los obreros y trabajadores no aceptan sin disparar esta situación agravándose continuamente. Aunque las huelgas y resistencias están todavía aisladas, no se puede pasar por alto a la actividad en auge con formas de lucha volviéndose más y más radical. El sindicato de metal Birlesik Metal está luchando desde el 22 de diciembre del año pasado en la fábrica Sinter Metal en el barrio Umraniye de Estambul contra despidos por militancia en el sindicato. El sindicato Tekstil Sen primero luchó primero en las empresas Selga, Safak, Miteks, Asya e Hiranur y ahora en la empresa Ag Tekstil por los derechos de los obreros. Los afiliados del sindicato Limter-Is están resistiendo en las empresas CHT y Pozitif Gemi. Los periodistas están en huelga desde hace febrero y por primera vez desde el golpe militar del 12 de septiembre 1980. Los obreros municipales organizados en el sindicato Genel-Is salieron a la calle el 17 de julio y cortaron el tráfico exigiendo el pago de sueldos atrasados. 185 obreros no recibieron sus sueldos desde 8 meses. También los productores de té han protestado en varias ciudades del Mar Negro contra el hecho de que la empresa de propiedad estatal Caykur, no les pagó por el té entregado. En una marcha del 14 de julio en Findikli, más que 100 manifestantes rompieron una barricada policíaca durante protestas contra la política del gobierno del AKP y exigieron que las pandillas y no los trabajadores sean bloqueados.
Además de muchas acciones de protestas y huelgas más, también los funcionarios trabajadores de los sindicatos Egitim-Sen y KESK salieron a la calle en Ankara, en Esmirna se produjo una huelga exitosa de dos días en los ferrocarriles, en Adana los trabajadores de oficina protestaron contra traslados y el sindicato Tez Koop-Is con sus 3000 afiliados decidió declararse de huelga después del fracaso de las negociaciones tarifarias en Ankara. Además de todas estas huelgas, protestas y resistencias aun ocurrieron, aunque sea en casos aislados, ocupaciones de fábricas y tomas de rehenes.
Todas estas acciones de los obreros y trabajadores en ciudades distintas muestran claramente que están dispuestos a resistir activamente contra la política de crisis a costa de los trabajadores y que no aceptan que la carga de las crisis será cargada a los obreros y trabajadores. Pero la línea conciliadora de los sindicatos amarillos, que se asusten de cada confrontación con los capitalistas y se esfuerzan a canalizar el furor creciente de los obreros y trabajadores a vías tranquilas, constituye un obstáculo serio ante que el movimiento desarrollándose recuperaré fuerza. Al comienzo de la crisis muchos sindicatos amarillos anunciaron planes de acciones extensos, pero se ha visto que eso sólo sirvió de hacer deflagrar al vació el furor acumulado y que ninguna práctica siguió las palabras. La burocracia sindical se esforzó a toda fuerza a hacer escaparse el aire caliente y acepta una demanda de los capitalistas tras otra, como por ejemplo recientemente en las negociaciones tarifarias en el Servicio Público. Aquí es evidente la tarea importante con la cual los sindicatos luchadores de clases militantes están enfrentados hoy en día.
Con el fin de que el movimiento espontáneo de la clase obrera y las masas trabajadores naciendo por todos lados no cayere en saco roto, sino se volverá en un movimiento consciente de clase contra el régimen, el movimiento revolucionario tiene que intervenir determinadamente. Sólo si la vanguardia comunista consigue arraigarse en la clase obrera puede aprovechar las oportunidades múltiples que la crisis económica actual está ofreciendo.