21 Marzo 2011 /Oficina Internacional /Comunicado N° 55
Las fuerzas imperialistas lanzaron un ataque a Libia en el 8 º aniversario de la ocupación en Irak en 2003, que se había enfrentado con el gran odio de los pueblos del mundo entero. Inmediatamente después de la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de crear una zona de exclusión aérea en Libia, la cumbre de la OTAN que se celebró el sábado en París decidió por un ataque militar contra Libia. Por la noche, primera la aviación militar francesa y después los buques de guerra estadounidenses y británicos comenzaron a bombardear Libia. También España, Canadá e Italia participan en el ataque. Se anunció que Qatar, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca y Noruega también han aceptado participar a la intervención militar, mientras que Japón dio apoyo al ataque. Los imperialistas de Rusia y China, aunque tal ataque no sirve a sus intereses, se someten al balance de fuerzas internacionales; ni siquiera hicieron uso de su derecho al Veto y solamente se limitaron con abstenerse de votar y hacer declaraciones después del ataque para expresar sus condolencias. El Estado alemán no participó al ataque debido a "los riesgos", pero expresó su apoyo político. El gobierno francés dirigido por Sarkozy que lidera el ataque político y militarmente, se destaca con sus declaraciones en contra de Gadafi. Sin embargo, no se olvidó que había desplegado la alfombra roja para el dictador Gadafi en el Día de los Derechos Humanos hace sólo pocos años. No se perdonó que el mismo gobierno francés ofreció apoyo policial al dictador Ben Ali, cuando la insurrección popular tunecino llegó al nivel de la revolución. Sus declaraciones hipócritas de llevar la democracia a Libia sólo llaman el odio de los pueblos del mundo. Debido al odio profundo de los pueblos del mundo y de los EE.UU. contra las ocupaciones en Irak y Afganistán, la fuerza principal de la ocupación en Libia, los EE.UU., no quieren que se vea abiertamente su papel en el ataque. Diciendo "No era la salid que los EE.UU. o nuestros aliados buscamos. No podemos quedarnos quietos cuando un tirano le dice a su pueblo que no habrá piedad", Obama repite los argumentos de su antecesor George W. Bush contra el gobierno de Saddam en el contexto del escenario de la ocupación de Irak. Entretanto, el dictador Gadafi juega el portavoz del pueblo libio a quien oprimió brutalmente durante tantos años. Como si no era él quien explotó su pueblo en colaboración con el imperialismo y lo puso al servicio de los intereses de los imperialistas, anuncia que va a "luchar contra la cruzada colonialista". El Primer Ministro colaborador turco Erdogan, el Presidente Gul y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía defienden la legitimidad de la decisión de la ONU diciendo: "No podemos quedarnos sin hacer nada con los brazos cruzados mientras el pueblo libio está sufriendo tanto". El Estado burgués turco colaborador hace exactamente lo que el imperialismo lo pide. Trata de defender la ocupación sin ser revelado por los pueblos de la región y sin perder la función de establecer relaciones con los pueblos de la región en nombre de los imperialistas. El objetivo principal del ataque a Libia no es ni derrocar el dictador Gadafi, ni poner fin a la guerra civil en Libia. Este ataque es en realidad una operación de liquidación contra la ola de rebeliones populares que sacudieron el Medio Oriente. En el 8 º aniversario de la ocupación en Irak, las fuerzas imperialistas derraman sangre en el Medio Oriente una vez más con el pretexto de "llevar la libertad y la democracia". Sin embargo, la cara sucia de las mentiras del imperialismo (que se fue atascado militar y políticamente en Irak y Afganistán) sobre la libertad y la democracia se relevó hace mucho tiempo; los pueblos del Medio Oriente han demostrado que el verdadero representante de la libertad es la voluntad y la acción de los pueblos - primero a través de su resistencia contra el imperialismo y recientemente a través de la ola de la insurrección y la revolución contra las dictaduras colaboracionistas. Este ataque del imperialismo yanqui y de la UE se realiza contra el proceso revolucionario en Tunes, Egipto y otros países de África del Norte y Medio Oriente que se desenfrenó en el Medio Oriente, denunció los regímenes colaboradores, los derrocó y mostró a los pueblos del mundo la hipocresía de las mentiras y la distorsión de la burguesía sobre el "choque de civilizaciones" y "la barbarie de los pueblos orientales". Esta ola de revueltas que muestra la firmeza de la base para las revoluciones regional ha hecho que las fuerzas imperialistas desarrollan políticas de agresión a nivel regional. Las fuerzas imperialistas quieren mantener las riendas de nuevo en el Medio Oriente, estructurar los regímenes derrocados según sus deseos, detener la ola de levantamientos liquidando las fuerzas colaboradoras tal como Gadafi -que servían a sus intereses en el pasado- antes de que ellos están derrocados por los levantamientos y las revoluciones de los pueblos y lo más importante, mostrar que la dirección de la libertad y la democracia es sus garras sangrientas y no la voluntad de los pueblos. De esta manera tratan de tergiversar el contenido de estos levantamientos populares. Ignorando por completo la voluntad de los pueblos, insultan una vez más a la resistencia árabe y de los pueblos del Medio Oriente. Ellos tratan de borrar la victoria psicológica lograda por las insurrecciones. Saquean los logros, los valores y la victoria de estas insurrecciones esta vez de esta manera. Sin embargo, también la agresión imperialista y el colaboracionismo de las dictaduras fueron el blanco de la lucha de los pueblos del Medio Oriente por la libertad y la democracia. El carácter colaboracionista abiertamente revelado de Ben Ali, Mubarak y los otros dictadores estaba entre las razones del proceso revolucionario que se extendió en el Medio Oriente. Ni los regímenes reaccionarios del dictador Gaddafi y otros dictadores colaboradores, ni la agresión imperialista no pueden seguir en pie en contra de esta voluntad de los pueblos del Medio Oriente. Los pueblos del Medio Oriente han visto el poder destructivo y constructivo de su propia voluntad durante los últimos tres meses. La agresión imperialista no puede ocultar ni frenar esta gran lección de las insurrecciones. Todas las fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas y todos los pueblos del mundo deben salir a las calles contra la ocupación imperialista y contra el régimen reaccionario de Gadafi y defender este nuevo y magnífico puesto de la clase obrera, de las masas trabajadoras y de los pueblos oprimidos logrado por las insurrecciones en el Medio Oriente. ¡Abajo con las dictaduras colaboracionistas! ¡Abajo con el régimen reaccionario de Gadafi! ¡Abajo con la agresión imperialista! ¡Abajo con la ocupación de Libia! ¡El imperialismo y las dictaduras colaboracionistas serán derrotados! ¡Los pueblos del Medio Oriente vencerán! ¡Viva la revolución, viva el socialismo!
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