01 Febrero 2014 /Boletín Internacional /N° 136 Los países imperialistas obligaron a las dos fuerzas enfrentadas en Siria a reunirse, en busca de una solución, bajo los auspicios de la ONU. El hecho de que ese encuentro debiera haberse realizado hace ya meses, y se haya realizado ahora, es una muestra. Desde su inicio era evidente que un encuentro forzado solo podía lograr resultados forzados. Los representantes, que fueron reunidos en representación de las dos partes en lucha, no son representantes del pueblo sirio sino más bien representantes de los países imperialistas y de las potencias regionales. Ese encuentro se realiza afirmando la intención de encontrar una solución. Pero sus participantes no muestran mas que unas discusiones “a cara de perro”, en las que cada cual busca imponer sus intereses al otro. Merece la pena preguntarse porqué los principales países imperialistas, y otros países que nada tienen que ver con la región, participan en el encuentro, mientras fuerzas que realmente luchan en Rusia y quieren conseguir una Siria libre y democrática no participan. En ese encuentro, en el que participan bajo los auspicios de las Naciones Unidas 40 países (incluyendo a Turquía) no hay nada en el orden del día aparte del plan de Rusia y de los EEUU, que debe ser el aceptado por los participantes. Todo parece que consiste en aceptar la mortaja para Siria, extendida por esos dos países. Según lo que dicen las dos partes en discusión parece que hay palabras para contentar a todos. Por ejemplo, las potencias imperialistas occidentales, con EEUU a la cabeza, hablan de una Siria sin Assad, mientras Rusia está a favor de una Siria con Assad. La población siria, y como parte de ella los kurdos que luchan por una Siria democrática y libre, no tienen representantes en ese encuentro. Por el contrario, las fuerzas del régimen y las cuadrillas islamistas, maestros en matar, saquear y devastar, si que están representados. En palabras del líder del Comité de Coalición Nacional para la Transformación Democrática, Heysem: «En la mesa de Ginebra están sentados todos, menos los representantes del pueblo sirio. Ese encuentro no es una solución para Siria, sino que abre la puerta a un nuevo caos…». Es el encuentro de los que fueron arrastrados de las orejas, afirmando que reúnen al régimen y a la oposición. El secretario general de la ONU llama a “*aprovechar esa oportunidad*”. Pero en esa Conferencia no hay un contacto ante el régimen. Existe un problema de contactos. El secretario de Exteriores de los EEUU, J. Kerry, piensa que “Assad no participará en el gobierno de transición”. El ministro de Exteriores de Rusia, S. Lavrov, dice que la tarea fundamental de la Conferencia consiste en poner fin a las luchas e impedir su extensión a los demás países de la región. El ministro de asuntos Exteriores de Siria, V. Muallim, estima que “Assad y su régimen forman una línea roja. Nadie puede tocar a nuestro presidente”. Su homólogo turco, Davutoğlu, piensa que “los que cometieron este crimen deben rendir cuentas. Esa conferencia es una gran oportunidad de aliviar el dolor de los sirios”. Es evidente que han llegado a ese encuentro con las espadas en la mano. De todas maneras, Irán no participa en Ginebra-2, porque no acepta los resultados del encuentro Ginebra-1, en donde se acordó formar un gobierno de transición sin Assad. En ese encuentro se puede ver de todo, menos a Siria y a los sirios. Las fuerzas en lucha no están presentes. Por lo tanto, no hay posibilidad de que los acuerdos sean puestos en práctica. Para practicar se necesitan personas prácticas. Desde su comienzo el 22 de Enero, el encuentro Ginebra-2 sufre por una crisis de legitimidad un proceso sin perspectivas de resultado. Puede ser que algunos den esperanzas al mismo, pero es una manifestación de fracaso, un fracaso desde el principio en su contenido. ¿Qué meta tiene encuentro, si consideramos que la misma oposición se encuentra en crisis, y consideramos la evidencia de que no existe solución entre la oposición y los representantes del régimen? Los participantes no tienen como objetivo una Siria democrática y libre, sino la formación de una Siria a beneficio de los participantes, ante todo los EEUU y Rusia. Desean que la hegemonía y el reparto de poderes sean determinantes para el futuro de Siria. Por esa causa, la expectativa de los resultados de Ginebra-2 para Siria y también para los pueblos de Oriente Medio no es más que una ilusión. Los EEUU y Rusia intentan, tanto en competencia como en colaboración, garantizar que su voluntad sea hegemónica. De otra manera, las fuerzas que están a favor de una Siria democrática y libre, como por ejemplo los kurdos en Rojava, deberían participar en la Conferencia. Bajo condiciones de competencia y guerra entre los imperialistas, entre los poderes regionales, entre las fuerzas enfrentadas en una guerra civil, Rojava ha tomado su camino. Fundo su autogestión y está en el camino de dar forma a su vida libre democrática. Por el desarrollo que toma Ginebra-2, se entiende que la cuestión siria no puede ser solucionada sin Rojava. Que sepan los que han preparado ese encuentro que en la cuestión siria no hay dos, sino tres lados: el régimen vigente, las fuerzas de oposición y los kurdos de Rojava junto a los pueblos de Siria. Si no se tiene en cuenta eso, si no se rompe con la intromisión de fuerzas exteriores, no será solucionado ningún problema en Siria basándose en la libertad y la democracia. En caso contrario se fundará una Siria dependiente de los intereses de este o aquel poder imperialista, basada en relaciones de dependencia y sumisión. Las negociaciones de Ginebra-2, pendientes de un hilo y controladas directamente por los EEUU y por Rusia, continúan. Hasta el momento, los resultados recuerdan a la “*montaña que parió un ratón*”. Probablemente, de estas negociaciones solo resulte un simple “Convenio de Homs”…
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