La situación en Kurdistán del Sur
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"... Y así, en el curso del desarrollo, todo lo que un día fue real se torna irreal, pierde su necesidad, su razón de ser, su carácter racional, y el puesto de lo real que agoniza es ocupado por una realidad nueva y vital; pacíficamente, si lo caduco es lo bastante razonable para resignarse y desaparecer sin lucha; por la fuerza, si se rebela contra esta necesidad..." (Friedrich Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana)
Kurdistán, divido históricamente en cuatro partes, está viviendo una transformación irresistible de su propia realidad. Esta transformación se expresa en forma de la necesidad de negar lo que previamente se había entendido como el curso fijo y ordinario de la historia. Gracias a la larga lucha del pueblo kurdo, especialmente en forma del PKK , en contra del imperialismo y los fascistas coloniales, quienes hacen todo por negarles el derecho a la existencia de un estado kurdo libre y unido, la identidad nacional kurda ha sido preservada. Pero ahora, con el crecimiento y el fortalecimiento de la Revolución de Rojava desde 2012, el contexto en el que esta lucha es realizada ha cambiado drásticamente hacia una situación con condiciones revolucionarias. El referendo que se llevó a cabo el 25 de septiembre en Kurdistán del Sur así como el conflicto que desencadenó la victoria independentista debe entenderse en este contexto.
Como es sabido, el cambo independentista se llevó 93% de los votos. Sin embargo, el ejercito iraquí y las milicias shiitas Hashd al-Shaabi, apoyadas por el Irán, lanzaron un ataque en contra de la region kurda el 16 de octubre y capturaron la ciudad de Kirkuk. Este ataque cobarde refleja la hostilidad general de los imperialistas y los colonialistas en contra del pueblo kurdo, el cual quieren ahorcar con chantajes. La reacción del liderazgo del Gobierno Regional del Kurdistán, del KDP y del YNK, ha sido retirarse de la ciudad y comenzar negociaciones de des-intensificación. Obviamente, la falta de honestidad y honor por parte de aquellos que se auto-titulan lideres de Kurdistán no pudo frenar las aspiraciones imperialistas, y pronto se vieron forzados a declarar ilegitimo el referendo y el resultado del mismo. Gracias a eso, además de la ciudad de Kirkuk y docenas de pueblos kurdos, once campos petrolíferos sumamente importantes asi como aeropuertos y controles fronterizos se encuentran en manos del Estado iraquí y de Hashd al-Shaabi. Se debe esperar que la opresión política y militar continuará incrementando en el tiempo que viene.
Efectivamente, la situación actual debe ser entendida como una derrota de la voluntad independentista. Sin embargo, la razón por esta derrota no se debe buscar en la misma decisión de llevar a cabo un referendo y tampoco a base de un análisis superficial acerca del momento inoportuno del referendo. El derecho de auto-determinación es intocable, esto es algo que los comunistas de Kurdistán venimos diciendo desde el inicio del proceso de referendo. Por lo tanto, Kurdistán tiene el derecho de unirse y de crear su propio estado y la legitimidad de esta aspiración nacional no debe ser cuestionada. Mas si hablamos sobre la derrota ocurrida después del referendo, esta se debe a la incapacidad del liderazgo kurdo de poner los intereses nacionales arriba de los intereses burgueses en este momento critico, como lo hicieron las fuerzas progresistas y democráticas de Kurdistán.
En otras palabras, lo que vimos ocurrir después del referendo constituye una traición por parte de los lideres oligarcas de Kurdistán del Sur. Ciertamente, este acto de traición le infligirá graves heridas al pueblo kurdo. Pero a la larga (aunque bajo las condiciones medio-orientales no se pueda hablar de mucho tiempo) esta experiencia servirá como lección de la necesidad urgente de realizar la unificación nacional. En este sentido, el referendo demostró que la voluntad independentista no podrá florecer y fortalecerse bajo el liderazgo de la Gobierno Regional del Kurdistán, sino que tendrá que ser actualizada con un liderazgo revolucionario y progresista dispuesto a luchar por cualquier parte de Kurdistán. Y tal movimiento, estructurado de forma democrática y encarnando el espíritu independentista en todos los aspectos, ya existe en forma de Rojava. La Revolución de Rojava es una luz que ilumina no solo al pueblo kurdo, sino a todos los pueblos oprimidos y denigrados del Medio Oriente y del Mundo. El pueblo kurdo, consciente del significado de la Revolución de Rojava, declara la viabilidad real de la independencia ante sus pueblos hermanos alrededor del mundo. Ha llegado el tiempo de tirar a esta fuerza moribunda y obsoleta a las profundidades del basurero de la historia.

 

 

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"... Y así, en el curso del desarrollo, todo lo que un día fue real se torna irreal, pierde su necesidad, su razón de ser, su carácter racional, y el puesto de lo real que agoniza es ocupado por una realidad nueva y vital; pacíficamente, si lo caduco es lo bastante razonable para resignarse y desaparecer sin lucha; por la fuerza, si se rebela contra esta necesidad..." (Friedrich Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana)
Kurdistán, divido históricamente en cuatro partes, está viviendo una transformación irresistible de su propia realidad. Esta transformación se expresa en forma de la necesidad de negar lo que previamente se había entendido como el curso fijo y ordinario de la historia. Gracias a la larga lucha del pueblo kurdo, especialmente en forma del PKK , en contra del imperialismo y los fascistas coloniales, quienes hacen todo por negarles el derecho a la existencia de un estado kurdo libre y unido, la identidad nacional kurda ha sido preservada. Pero ahora, con el crecimiento y el fortalecimiento de la Revolución de Rojava desde 2012, el contexto en el que esta lucha es realizada ha cambiado drásticamente hacia una situación con condiciones revolucionarias. El referendo que se llevó a cabo el 25 de septiembre en Kurdistán del Sur así como el conflicto que desencadenó la victoria independentista debe entenderse en este contexto.
Como es sabido, el cambo independentista se llevó 93% de los votos. Sin embargo, el ejercito iraquí y las milicias shiitas Hashd al-Shaabi, apoyadas por el Irán, lanzaron un ataque en contra de la region kurda el 16 de octubre y capturaron la ciudad de Kirkuk. Este ataque cobarde refleja la hostilidad general de los imperialistas y los colonialistas en contra del pueblo kurdo, el cual quieren ahorcar con chantajes. La reacción del liderazgo del Gobierno Regional del Kurdistán, del KDP y del YNK, ha sido retirarse de la ciudad y comenzar negociaciones de des-intensificación. Obviamente, la falta de honestidad y honor por parte de aquellos que se auto-titulan lideres de Kurdistán no pudo frenar las aspiraciones imperialistas, y pronto se vieron forzados a declarar ilegitimo el referendo y el resultado del mismo. Gracias a eso, además de la ciudad de Kirkuk y docenas de pueblos kurdos, once campos petrolíferos sumamente importantes asi como aeropuertos y controles fronterizos se encuentran en manos del Estado iraquí y de Hashd al-Shaabi. Se debe esperar que la opresión política y militar continuará incrementando en el tiempo que viene.
Efectivamente, la situación actual debe ser entendida como una derrota de la voluntad independentista. Sin embargo, la razón por esta derrota no se debe buscar en la misma decisión de llevar a cabo un referendo y tampoco a base de un análisis superficial acerca del momento inoportuno del referendo. El derecho de auto-determinación es intocable, esto es algo que los comunistas de Kurdistán venimos diciendo desde el inicio del proceso de referendo. Por lo tanto, Kurdistán tiene el derecho de unirse y de crear su propio estado y la legitimidad de esta aspiración nacional no debe ser cuestionada. Mas si hablamos sobre la derrota ocurrida después del referendo, esta se debe a la incapacidad del liderazgo kurdo de poner los intereses nacionales arriba de los intereses burgueses en este momento critico, como lo hicieron las fuerzas progresistas y democráticas de Kurdistán.
En otras palabras, lo que vimos ocurrir después del referendo constituye una traición por parte de los lideres oligarcas de Kurdistán del Sur. Ciertamente, este acto de traición le infligirá graves heridas al pueblo kurdo. Pero a la larga (aunque bajo las condiciones medio-orientales no se pueda hablar de mucho tiempo) esta experiencia servirá como lección de la necesidad urgente de realizar la unificación nacional. En este sentido, el referendo demostró que la voluntad independentista no podrá florecer y fortalecerse bajo el liderazgo de la Gobierno Regional del Kurdistán, sino que tendrá que ser actualizada con un liderazgo revolucionario y progresista dispuesto a luchar por cualquier parte de Kurdistán. Y tal movimiento, estructurado de forma democrática y encarnando el espíritu independentista en todos los aspectos, ya existe en forma de Rojava. La Revolución de Rojava es una luz que ilumina no solo al pueblo kurdo, sino a todos los pueblos oprimidos y denigrados del Medio Oriente y del Mundo. El pueblo kurdo, consciente del significado de la Revolución de Rojava, declara la viabilidad real de la independencia ante sus pueblos hermanos alrededor del mundo. Ha llegado el tiempo de tirar a esta fuerza moribunda y obsoleta a las profundidades del basurero de la historia.