“Globalización“, desarrollos en la dominación imperialista y nuestras tareas
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Ponencia del PCML para el IX Seminario Internacional "Problemas de la Revolución en América Latina" del 13 al 15 de julio 2005

 

 

13 Julio 2005 /Ponencia al IX Seminario Internacional

 

El ataque de la globalización, la agresión, la ocupación y la guerra llevadas a cabo a través de la hegemonía imperialista y los ataques neoliberales son la consecuencia de las leyes económicas objetivas del capitalismo. La ley del desarrollo desigual del capitalismo es una teoría de las leyes de la anarquía y de la competencia en la producción, de la ley de ganancia y de las demás leyes etc.

El fracaso del bloque revisionista y de la Unión Soviética social imperialista significa un momento crítico (Wendepunkt) en la historia del mundo. Pero no era el comienzo de una nueva época. Sin embargo, se comenzó a subdividir los acontecimientos en la realidad social, los análisis sobre política, economía etc. antes y después del llamado fracaso. No cabe duda de que realmente cambió mucho con la derrota del sistema revisionista, pero no hubo un cambio cualitativo que significaría una nueva época en la historia de la humanidad.

La burguesía imperialista no tardó en utilizar la derrota del bloque revisionista como pretexto para un ataque de propaganda anticomunista intensificada. Empezó a sostener que la época en la cual vivimos ha cambiado.

La burguesía imperialista y sus ideólogos propagan de que el marxismo hace parte de la historia y de que el socialismo está "muerto", de que la teória y la lucha de clases ya cayeron en desuso, de que el mundo "libre" ganó la lucha contra el socialismo y de que se ha legitiñado el capitalismo. Además, afirman que entramos a la "época de globalización". Hacen la propaganda de las supuestas ventajas del capitalismo y prometen bienestar, libertad, paz y democracia. Después de sólo 15 años, todos los acontecimientos y hechos ya hicieron salir a la luz, a cara descubierta estas demagogias una vez más.

La burguesía bautizó la nueva época con el nombre „globalización". Pero en realidad la llamada "época de la globalización" no es otra cosa que la época del imperialismo. Ni la época ni la "globalización" son nuevas. Porque ya en el Manifiesto Comunista Marx y Engels han definido la "globalización".

"Globalización" no significa otra cosa que internacionalización del capital y de la producción y es tan vieja como el mismo capitalismo. Lo nuevo es que la "globalización" del tiempo del capitalismo de la libre competencia fue substituida por la "globalización" de la época imperialista. Por esta razón nosotros denominamos la "globalización" de hoy como globalización imperialista.

Así mismo como dijeron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, la Burguesía está forzada de correr tras de la venta de sus productos cada vez más extendida por todo el mundo, de anidarse por todos lados, de extenderse y establecer contactos en todos los lugares. Así pues está extendiendo también su dominio en todo el mundo.

Este sistema es internacional porque a) la producción está organizada internacionalmente; b) el comercio y la distribución son internacionales; c) la tecnología, la investigación y el desarrollo están organizados internacionalmente; d) la venta es internacional; e) las inversiones son internacionales; f) la comunicación es completamente internacional. Pero ello no significa que el capital y la producción a escala mundial sean distribuidos proporcionadamente a todos los países de uno u otro modo. Sin duda alguna, la globalización imperialista o la internacionalización del modo de producción capitalista, significan que el capital tiene impacto también en los lugares más apartados del mundo. Pero el capital no sólo se internacionaliza horizontalmente, sino también verticalmente. Esto quiere decir que se está concentrando en ciertos centros, como por ejemplo los EEUU, la UE y el Japón.

El funcionamiento de la ley del desarrollo desigual económico y político del capitalismo muestra que los diferentes países han reivindicado la hegemonía mundial en tiempos distintos y exigieron por consecuencia con su inevitable desarrollo, la re división del mundo, de que algunos entraron a la fase del descenso y otros países, como por ejemplo China, están viviendo un auge y se vuelven el poder del futuro.

La ley del desarrollo desigual promueve que países cuyos intereses sean iguales pueden unirse de vez en cuando y fundar alianzas. Este tipo de hechos, como sostenerse el el mercado mundial a través de la fundación de uniónes económicas no es algo nuevo. En la historia del capitalismo en Europa siempre hubo uniones de este tipo, como por ejemplo las uniones aduaneras.

Después de la derrota de la Unión Soviética y del bloque revisionista, el mundo entró en una fase en la cuál se formó de los dos polos, uno sólo: apareció el imperialismo yanqui como única superpotencia y muchos centros competitivos, como Japón, Rusia, China, Alemania y Francia (Europa en general). Aunque mientras tanto han pasado 14-15 años, las nuevas relaciones de alianzas entre las potencias y centros imperialisas, que están competiendo por el mercado mundial, todavía no se han desarrollado tanto, así es que se puede hablar nuevamente de fronteras. El transcurso del desarrollo de las relaciones y contradicciones entre los países imperialistas está mostrando que se entró en la dirección de la superación de la crisis del sistema de relaciones capitalistas.

El hecho de que ya no existen territorios no distribuidos y las dimensiones de la organización internacional de la produción muestran que el mundo está distribuido completamente en el sentido geográfico. Estos hechos acceleran la agudización de las contradicciones entre los países imperialistas y los centros de competencia.

El imperialismo yanqui, que quedó como única superpotencia después del descenso del bloque revisionista, no tardó en aprovecharse rápidamente de su preponderancia económica, política y militar para establecer la hegemonía mundial: los voceros del imperialismo yanqui anunciaron abiertamente de que la política aplicada para mantenerse como una potencia hegemónica, por lo menos en la primera mitad del siglo 21, se levanta sobre dos pilares: por un lado la ocupación de territorios de importancia económica, militar y estratégica a través del poder existente y por otro lado el bloqueo, de antemano, de fuerzas que podrían volverse rivales.
Son los EEUU que después de la caída del bloque revisionista han utilizado la nueva situación mundial para sus propios intereses sin perder tiempo. Por medio de guerras y ocupaciones imperialistas han establecido regimenes de protectorados coloniales en el Irak y en Afganistán y están tratando de hacerse valer políticamente a través de agresiones y amenazas imperialistas en Libia, Pakistán, Siria y en el Irán, o de conseguir de que estos países hagan un paso hacia atrás. Con declaraciones como "levantamientos nacionales" los EEUU provocan la formación de regimenes o gobiernos dependientes de los EEUU como por ejemplo en Libia, Ucrania, Kazakstán, Azerbaiyán, con su papel en la diplomacia y como mediadores, imponen su hegemonía por ejemplo en los Balkanes o en Kosovo y ejercen su impacto en las repúblicas turcas (Asia Central) a través de sus bases militares y de su formación militar.
Desde el año 2003, el imperialismo yanqui tiene más que 700 instalaciones militares en el extranjero. En las cuáles no entran en las estadísticas, el número de instalaciones y de bases norte americanas en el extranjero, que sobrepasa de 1000. Fuera de los países donde el imperialismo yanqui está en guerra (por ejemplo Afganistán e Irak), 250.000 soldados norteaméricanos están estacionados en el extranjero. De un billón de dolares de gastos en total en todo el mundo para armas y fines militares, casi 500 mil millones de dólares vienen de los EEUU. Así como ya ha dicho Engels; es así que los militares y la marina están en manos del capital, hoy en día es evidente de que esta guerra hegemonial y esta política colonial categóricamente deben ser consideradas vinculadas con los intereses de las empresas de armas y de petróleo.

Los demás países imperialistas avanzandos, los centros de competencia, han reconocido que no pueden enfrentarse sólos a la política hegemónica yanqui, pero con el fin de crear un cierto equilibrio y de tener también una parte del poder mundial, se están tardando en formar nuevas alianzas en contra de los EEUU o sus aspiraciones a hacerlo, han sido puestos fuera de combate por el imperialismo yanqui. Pero no se dan tampoco por vencidos y siguen todavía tratando de hacerlo.

Hoy, las contradicciones entre los imperialistas aparecen en la mayor parte en los Balkanes, el Medio Oriente y en el Mar Caspio. Indudablemente, también vivimos la competencia entre los imperialistas también en otras regiones del mundo, como por ejemplo en América Latina y en Africa. Por ello, las contradicciones entre los imperialistas están agudizándose también en estas regiones. Sin embargo hoy son los Balkanes, el Medio Oriente y la región alrededor del Mar Caspio/Cáucaso donde las contradicciones se agudizaban tanto hasta que estallaron guerras.

La política neoliberal de los países imperialistas avanzandos sirve para tener fuerza en la competencia: la competencia llevada a cabo por el dominio del mercado mundial y por la extensión de las regiones de influencia, es la preparación para el reglamento de cuentas final entre ellos. Con el fin de conseguir este fin o para poder existir bajo las condiciones de hoy, por un lado, la burguesía imperialista está organizando la reacción en su propio país con nuevas leyes e instituciones, oprime a las masas de trabajadores y a la clase obrera e intensifica la explotación, y por otro lado explota a los países dependientes a través de agresión, ocupación y guerras imperialistas.

La agudización de las contradicciones entre los imperialistas muestra de que la política neoliberal no significa otra cosa sino saqueo, explotación y opresión intensificadas y prácticamente significan guerra y preparativos de guerra y militarización

La globalización imperialista; la organización internacional del capital y de la producción, y el neoliberalismo, inevitablemente llevan consigo la diferenciación de unos y otros entre los países. Y así se mostró en la „Cumbre Brasileña", que algunos de los países del Medio Oriente y de América Latina se enfrentan juntos a la agresión imperialista del imperialismo yanqui y de que se puedan juntar para intereses regionales y locales.

La globalización imperialista, las guerras, ocupaciones y amenazas imperialistas como consecuencia de la política neoliberal, los cortes de los derechos sociales y económicos conseguidos luchando, el paro de masas que se vuelve crónico, en casi todos los países consiguen como resultado de que la clase obrera y las masas de trabajadores ofrecen resistencia organizándose internacionalmente de una u otra manera en contra del neoliberalismo y del imperialismo. En total, la globalización imperialista lleva más que nunca a mejores condiciones para la organización internacional y la lucha de la clase obrera y las masas trabajadores.

Es un hecho objetivo de que hay que llevar a cabo una lucha organizada internacional en contra de la burguesía que está organizada internacionalmente. El movimiento de masas internacional es un resultado de este hecho.

Por todos lados del mundo se está desenvolviendo la lucha y resistencia en contra de las guerras, ocupaciones y la opresión imperialistas. Millones de personas muestran sus reacciones frente a las consecuencias de la globalización imperialista y luchan para no tener que seguir viviendo bajo las condiciones actuales. Obreros luchando contra la privatización de sus lugares de trabajo, campesinos cuyas bases de existencia se están destruyendo, jóvenes que no tienen acceso a la educación, pueblos y naciones cuyos países están bajo ocupación, todos ellos entienden que la única solución puede ser solamente la resistencia.

Para dar una dirección política a este movimiento espontáneo, estamos frente a la tarea de organizarlo nacional, regional e internacionalmente en contra del imperialismo y del capitalismo bajo la perspectiva del socialismo. No hay otra fuerza que sea capaz de organizar esta lucha con la perspectiva socialista salvo los comunistas. Sólamente el proletariado revolucionario bajo la dirección de su Partido puede cumplir con esta tarea y llevar a cabo la lucha contra el imperialismo ligado con la lucha contra el capitalismo. La misión histórica del proletariado consiste en ello, en destruir el capitalismo y establecer el socialismo.
En este sentido otra tarea indiscutida es de luchar contra las aspiraciones que tienden a equivocarnos, que sirven para des-ideologizarnos, para des-teorizarnos, luchar contra las aspiraciones que sirven a la degeneración del marxismo-leninismo y cumplir con la tarea nuestra para que el proletariado revolucionario cumpla con su tarea histórica.

Deberíamos entender los hechos de que la lucha antiimperialista internacional no está llevada a cabo unitariamente, de que existen confusiones políticas e ideológicas serias dentro del movimiento antiimperialista y de que las fuerzas antiimperialistas no están organizadas internacionalmente, como una indicación de nuestra debilidad en este ámbito. A causa de ello finalmente tenemos que actuar con el fin de organizar esta lucha a nivel nacional, regional y en fin de cuentas internacional. Por eso hay que considerar la creación de una coordinación regional antiimperialista para la organización regional de la lucha como un paso hacia esta dirección.

Como Partidos y organizaciones comunistas tenemos el deber de organizar la lucha contra el imperialismo por todos lados.
Hay que llevar a cabo la lucha antiimperialista no abstracta y general sino preparada concretamente y con la práctica política de mecanismos organizados. Por tal motivo, hoy en día la lucha se dirige en contra de la agresión imperialista, contra la ocupación del Irak y contra las guerras. También es la lucha en contra de la OTAN, el FMI, el BM, la OMC, el FME (Davos) y los G8.

La lucha antiimperialista no debe limitarse sólamente con protestar sino que debe ser llevada a cabo para conseguir objetivos en el sentido político.

Resultando de esto, es la tarea histórica y política del movimiento revolucionario y comunista de participar en el movimiento internacional de masas, en el movimiento contra la guerra y de darles un carácter antiimperialista. Apoyar la resistencia de los pueblos del Irak, Afganistán y Palestina no sólo es una tarea internacional sino al mismo tiempo un criterio indispensable para ser demócrata. Es una tarea política urgente del movimiento antiimperialista de apoyar a Cuba y Venezuela, que bajo la dirección de Castro y Chávez desempeñan una actitud contra el imperialismo yanqui, de luchar contra armamiento y militarismo y contra el reformismo y el pacifismo, que son dominantes en los Foros Sociales Mundiales y en los Foros Sociales Europeos. Sólamente así, la lucha antiimperialista puede ganar una importancia y un significado, sobrepasando la lucha antiimperialista abstracta y sólo de palabras.